Crisocola
La crisocola, también llamada turquesa peruana, es una piedra muy utilizada en las culturas precolombinas, antes que el jade o de la obsidiana. Hay hallazgos de piezas hechas con esta piedra en vasos ceremoniales, brazaletes, cántaros ornamentales y cuentas en collares de los Yungas ( indígenas de Lima 3.000 a.C.)
La crisocola es una potente piedra que nos infunde serenidad, una piedra tranquila que resulta muy útil en situaciones de cambio. En casos de relaciones personales que se tornan difíciles ayuda a calmar los ánimos, fomentando el equilibrio interno y aportando confianza y sensibilidad. También es excelente para aquellas personas que necesitan encontrar motivación, bien por falta de ella, bien por haberla perdido. Esta piedra reduce las tensiones mentales y mantiene la cabeza fría, ayudando a tomar decisiones objetivamente. Otra de sus cualidades es la de fomentar la creatividad.
La crisocola limpia, calma y energiza los chakras, y nos ayuda a superar las fobias. Si la colocamos en el cuarto chakra (plexo solar) invierte la programación emocional destructiva, ayudando a expulsar las emociones negativas. Colocada en el quinto chakra (la garganta), facilita la comunicación mejorándola, al mismo tiempo que ayuda a callar cuando es oportuno. Si queremos mejorar nuestra percepción psíquica nos la pondremos en el sexto chakra (tercer ojo) y nos ayudará a abrir la visión.
Para acabar diremos que además, a nivel emocional alivia el sentimiento de culpa y nos aporta alegría.